Thursday, November 12, 2009

Tiempo de Negocios

Darío Celis

La red de fibra óptica de la CFE (y el plus de LyFC) vuelve a su dueño: Gil Díaz


Hay un común denominador entre la pretensión de extinguir Luz y Fuerza del Centro (LyFC) y acelerar los tiempos para la licitación de un par de hilos de la fibra óptica de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

El factor se llama privatización. El problema no es abrir el patrimonio estatal al capital privado, sino que el gobierno de Felipe Calderón no lo reconozca y, peor aún, que monte un teatro para ocultar lo que ya tiene previamente pactado.

A estas alturas es muy sabido que el Presidente se siente en deuda con Francisco Gil Díaz. La cabeza de Telefónica-Movistar se convirtió en una suerte de asesor del michoacano, quien incluso le ofreció dirigir Pemex.

No logró convencerlo, pero aquél sí convenció a éste para dejar en esa posición a Juan José Suárez Coppel, quien fue su coordinador de asesores en la Secretaría de Hacienda, y de ahí lo envió a la dirección de finanzas de Pemex. Además de controlar la paraestatal vía Suárez Coppel en todo el sexenio de Vicente Fox, Gil Díaz también tuvo pleno dominio de la CFE. Tan fue así que empezó a construir la red de fibra óptica oscura que hoy se pretende licitar.

En agosto le contamos que una de las razones por las cuales César Alierta contrató a Gil Díaz para presidir Telefónica en México, fue para garantizarle a su empresa el control de la red de la CFE, la única capaz de competir con Telmex.

Se tiene documentado que, desde 2003, siendo titular de la SHCP, el ahora capitán de Movistar empezó a desviar recursos de la CFE para desarrollar los hilos de fibra óptica. Lo hizo hasta 2005, cuando se percató el Congreso.

Los diputados cayeron en cuentas de que algunas partidas que autorizaron a la empresa que dirige Alfredo Elías Ayub no se relacionaban con su presupuesto. Los recursos se aplicaban para tener lista una infraestructura a privatizar.

Y es que desde entonces la también empresa española WL Comunicaciones se acercó a la CFE para tomar ventaja en el desarrollo de esa red para después operarla como carrier de carriers. WL inició gestiones con Ernesto Martens, quien fue secretario de Energía de 2000 a 2003. Los acuerdos estuvieron vigentes hasta 2006, lo cual quiere decir que los conocieron el mismo Calderón y Fernando Canales.

Calderón fue titular de Energía de 2003 a 2004 y Canales de 2005 a 2006. Curiosamente todos estos personajes (Gil Díaz, Calderón, Martens y Canales) tienen en común intereses alrededor de la red de fibra óptica.

Fueron dos razones por las cuales los españoles de WL se retiraron de México: porque el Congreso empezó a investigar los desvíos de Gil Díaz en la CFE y porque Energía no les pudo asegurar la interconexión con la red de LyFC.

En 2006 WL vendió sus intereses en el país a Martens y a Canales, cuando éste todavía era secretario. Más aún, también siendo miembro del gabinete, Canales intervino para que LyFC le diera una concesión a WL.

Es la misma cuya existencia denunció hace unas semanas el líder del Sindicato Mexicano de Electricistas, Martín Esparza. O sea que Canales y Martens quisieron terminar lo que los españoles no lograron: entrelazar ambas redes.

Ahora tenemos que Gil Díaz y Telefónica llevan mano en la licitación de la red de la CFE, y el gobierno federal use toda la fuerza del Estado para desaparecer al sindicato que se opuso a la privatización de su red.

No va ser fácil forzar a Banorte a subirse al concurso mercantil de Comercial Mexicana. Habría suficientes elementos para obstaculizarlo. Se hace referencia a la validez de algunos derivados. Y es que salvo Barclays, de José Antonio González, se tiene evidencia de que los demás abusaron de los contratos y fórmulas para calcular montos y cierres. Hablamos de Goldman Sachs de Martín Werner, JP Morgan de Eduardo Cepeda, Merrill Lynch de Orlando Loera y Citi de Manuel Medina.

Mañana Mexicana, de Gastón Azcárraga, arranca en Oneworld, el consorcio de aerolíneas que mueve al año más de 330 millones de personas a través de 700 destinos en 150 países. Hoy por la tarde arriba John MacCulloch, presidente de este megacarrier. Lo acompañan Gerard Arpey, presidente de American Airlines, y Antonio Vázquez, mandamás de Iberia. Harán el anuncio oficial. Mexicana, que dirige Manuel Borja, será el miembro número 11.

Al final, cerca de 140 millones de dólares perdió Citi, que preside Vikram Pandit, en el desarrollo inmobiliario Loreto Bay. Nos referimos al complejo de 120 hectáreas en la zona de Nopoló, Baja California, y que recién adquirió en subasta Eustaquio de Nicolás, el de Homex, asociado con los hermanos Arturo y Roberto Alcántara. Pagó cerca de 29 millones de dólares. Citi lo embargó a David Butterfield, dueño de TSD, tras su imposibilidad de comercializarlo.

Hace unos días le referíamos el proyecto de Reforma 432, torre de departamentos de 40 pisos que promueve Jacobo Zuckenberg y en el que van como inversionistas Pablo e Israel Brener. La novedad es que también estarían Isaac Hamui, Eduardo Sacal y Abraham Bissu. Todos son accionistas del St. Regis, de 31 niveles y que se ubica justo frente a donde estará este nuevo rascacielos en el que se invertirán unos 120 millones de dólares.

Son 80 millones de dólares lo que Minatrico y Ebramex pidieron a Pemex para recuperar 150 millones que han invertido en los paquetes 4 y 5 de la reconfiguración de la refinería de Minatitlán, proyecto que registra un atraso de dos años. Nos referimos a las empresas brasileña Odebrecht de Emilio Odebrecht, la española Técnicas Reunidas de Manuel Sánchez y la mexicana Grupo R de Ramiro Garza. El consorcio tuvo que inyectar dinero propio a cuenta de Pemex.